Entre banquetes y obras de arte insólitas, 1781 quedó marcado por la historia y las costumbres de los bons vivants en un palacio sin precedentes, hoy convertido en restaurante, bar y centro de arte. Un espacio con narrativa histórica que rinde tributo a la cocina tradicional portuguesa e internacional mediante la preservación del escenario clasista y la alquimia gastronómica contemporánea.
Proteínas nobles, acompañamientos inminentes y postres notables conforman el menú, lo que lo convierte en una auténtica galería de obras de arte bajo la curaduría del chef Manuel Bóia. Pero el palacio no es ideal solo para quienes buscan disfrutar de una exquisita comida de magret de pato o langostinos tigre, sino que su carisma radica en su bar SALLA, un lugar para disfrutar de bocadillos, bebidas extravagantes y buena música, de la mano de los DJs, de jueves a sábado a partir de las 7:30 p. m.
Desde el mundo y desde el arte hasta el plato, el precio promedio es de 60€/2 personas. Abre todos los días. Aceptan reservas tanto para el comedor, como para el salón de eventos, y ofrecen servicio de comida para llevar.