Este acueducto histórico es uno de los ejemplos más impresionantes de la ingeniería portuguesa del siglo XVIII. Se extiende por más de 18km y forma parte de una red mayor de canales de aproximadamente 58km.
El edificio fue construido por el rey Juan V en 1731 con el fin de llevar agua potable a los habitantes de Lisboa, ya que desde la década de 1700 que el agua potable es cada vez más escasos debido a la rápida expansión de la ciudad.
Un ejemplo notable de ingeniería hidráulica, el Acueducto de las Aguas Libres recoge y transporta agua usando la gravedad desde la Madre de Agua en los montes hasta un depósito en la Baja.
Esta estructura bien construida fue una de las pocas que sobrevivieron ilesas al terremoto de 1755 y fue designada como Monumento Nacional desde 1910.